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A lo largo de la entrevista que hago en cada análisis biomecánico que realizo, una de las preguntas es: “¿Usas mucho la parte baja del manillar?”.
Yago Alcalde. Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. Máster en Alto Rendimiento Deportivo. Entrenador Nacional de Ciclismo – Ciclismo y Rendimiento
En muchas ocasiones, las respuestas a la anterior preguntansuelen ser de este tipo:
- “La verdad es que nunca lo uso”.
- “No aguanto mucho con las manos abajo. No entiendo como hay gente que puede ir ahí abajo todo el rato”.
En estos casos, son un claro indicador de que la altura del manillar es demasiado baja, ya que no les permite usar las 3 posiciones que tiene un manillar de carretera. Y esto, al final, supone una merma de su rendimiento, ya que según tienen ajustada la bici no tienen una buena posición aerodinámica para los momentos en los que ir más agachado supone ir 2 o 3 km/h más rápido…O simplemente, ir ahorrando más energía cuando vayamos a rueda en grupo. A menudo, cuando se regula la altura del manillar, nos olvidamos de la parte de abajo del mismo y solo tenemos en cuenta la posición con las manos en las manetas, lo cual es un error, ya que por buscar una buena aerodinámica con las manos en las manetas estamos haciendo que la posición en la parte baja sea lo suficientemente incómoda como para no usarla casi nunca.
Aparte de la altura del manillar como tal, también se debe tener en cuenta la forma del mismo, ya que no todos tienen la misma forma ni el mismo tamaño. En este caso, la medida a tener en cuenta es la caída del mismo, es decir, la distancia vertical que hay entre la parte superior y la inferior, donde van las manos. Y es que podemos llegar a encontrar diferencias de hasta 3 centímetros entre unos manillares y otros. Estos 3 centímetros pueden marcar una gran diferencia a la hora de ir cómodo en la parte de abajo del manillar.
Otras veces, el problema es que simplemente el manillar está mal colocado. Lo que suele pasar es lo siguiente: para buscar una mayor comodidad y apoyo sobre la manetas, se gira el manillar hacia arriba (foto 1). De esta forma, aunque se consigue una posición más cómoda de las manos, también se consigue la inclinación de la parte de abajo del manillar sea excesiva y nos provoque un mal apoyo en el mismo, haciendo muy incómodo el pedaleo en esa posición, ya que las manos tienden a resbalarse hacia abajo. Y además, con las manos abajo, casi no se llega a las manetas para frenar. La solución es fácil pero algo engorrosa ya que hay que cambiar la cinta del manillar. En primer lugar, habrá que colocar el manillar en la posición correcta, es decir, con la parte de abajo prácticamente en posición horizontal (la foto 2). A continuación, se deben situar las manetas como se muestra en la foto, es decir, formando una línea recta o ligeramente ascendente respecto a la parte de arriba del manillar.
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